Con la llegada del invierno llamamos seriamente la atención sobre un tema que más de una vez nos ha hecho pasar algún que otro susto: la hipotermia.
Algunos tenemos la ligera impresión de que si no estamos expuestos a las temperaturas de las altas montañas o climas realmente árticos no corremos el riesgo de padecerla: error. La hipotermia puede estar presente prácticamente en cualquier latitud, en tierra y en mar. Es uno de los mayores peligros al que podemos enfrentarnos.
Se puede evitar siempre y cuando vistamos la ropa adecuada y permanezcamos secos, bien alimentados e hidratados. La hipotermia se sufre cuando el cuerpo pierde calor más rápidamente de lo que es capaz de generarlo, hasta que nuestro interior no puede mantener suficiente calor para permitir que las funciones de los órganos internos se desarrollen con normalidad. Si no se remedia, la hipotermia causa la muerte.
Existen fundamentalmente dos tipos de hipotermia: hipotermia por exposición e hipotermia por inmersión.
Hipotermia por exposición, causada por una exposición prolongada a un clima frio o fresco, normalmente asociado al cansancio y el agotamiento.
Hipotermia por inmersión, causada por un enfriamiento rápido, normalmente asociado a la inmersión en agua fría.
Los síntomas de ambas formas de hipotermia son similares pero su tratamiento varían considerablemente.
El viento, la humedad y el frio son los factores medioambientales clave que causan la hipotermia. Simplemente el frio o la combinación de dos de esos factores es suficiente para desencadenar el proceso de enfriamiento: la humedad y el viento, el viento y el frio o la humedad y el frio.
El modo en que estos factores antes mencionados afecten a cada individuo, se ve condicionado por la experiencia y preparación de este. Permanecer seco es de vital importancia. Si se moja la ropa, se perderá humedad más de 25 veces más rápido que si está seca.
Los viajeros experimentados saben que cuando se camina los días son largos, que los viajes son agotadores y que las temperaturas afectan: será necesaria más comodidad de la normal, una tienda de campaña, una funda de vivac y un saco de dormir. Los excursionistas de día suelen omitir estos elementos y luego desean haberse ido preparado para la noche.
Siempre es mejor prevenir que curar, y especialmente en el caso de la hipotermia, es muy difícil de rectificar en el campo.
Cuando el cuerpo siente un descenso de la temperatura toma medidas para evitar la pérdida de calor: restringe el flujo de sangre a la superficie de la piel contrayendo y estrechando los vasos sanguíneos que llevan la sangre a las extremidades: vasoconstricción. La sangre que normalmente viajaría a las extremidades se mueve por el centro del cuerpo, lo que ayuda a mantener la temperatura central. La capacidad de usar las manos disminuye hasta el punto que es difícil tocarse la punta del pulgar con la del meñique de la misma mano, un signo importante de que hay que calentarse las manos. Como el cuerpo tiene que mantener el suministro de sangre desde el corazón hasta el cerebro para que el cuerpo funcione, la cabeza y el cuello son zonas especialmente vulnerables a la perdida de calor: la vasoconstricción es insignificante en estas partes.
La vasoconstricción provoca lesiones por frio y congelación. Como la sangre que antes circulaba por las extremidades se mueve por el centro del cuerpo, sentimos muchas más ganas de orinar. Como consecuencia, es fácil deshidratarse, lo que impide el flujo eficaz de la sangre a través de los vasos sanguíneos estrechados y, por lo tanto, intensifica el riesgo de sufrir lesiones debidas al frio en las extremidades. Responde al aumento de las ganas de orinar bebiendo más, preferiblemente bebidas calientes y dulces. Las bebidas enriquecidas con cafeína nos animan para que respondamos de una forma más viva a las circunstancias.
Hipotermia leve
El síntoma más obvio de que existe una hipotermia leve es sufrir escalofríos, lo que sucede cuando la temperatura corporal es de 35 ·c aproximadamente. A corto plazo los escalofríos son buenos porque constituyen un método involuntario de producir calor corporal debido a la actividad muscular. Sin embargo, si no le aportamos cierta protección y calor, los escalofríos agotaran el aporte de energía del cuerpo y, a largo plazo, se deteriorará rápidamente.
Los cambios de humor también se asocian con una hipotermia leve: irritabilidad y retraimiento.
Con una temperatura por debajo de los 35 ·c, el afectado muestra una mayor torpeza, un comportamiento irracional y, generalmente, confusión. Puede parecer borracho. No debe hacer ejercicio mientras no tenga suficiente energía para generar calor. El ejercicio para calentarse tras un enfriamiento tan profundo agudiza la hipotermia. También es de vital importancia que no se aplique calor externo a las extremidades. Si metemos a alguien con hipotermia en una habitación caliente, su cuerpo responderá automáticamente al ambiente, con lo que se abrirán los vasos sanguíneos -vasodilatación- y la sangre caliente se redistribuirá desde el centro del cuerpo hacia las extremidades. Esto causará un enfriamiento general de la temperatura corporal central que puede bastar para que una persona entre en coma. En su lugar, coloca al afectado en uno o dos sacos de dormir para que obtenga la máxima protección contra el frio; los escalofríos generaran un recalentamiento gradual al cuerpo al ritmo más natural y controlado. Si el afectado puede tomar líquidos, dale alguna bebida caliente y dulce; el chocolate es especialmente bueno, con miel para subir las calorías y paliar los efectos del agotamiento.
La exposición prolongada a climas húmedos y fríos junto con una ingesta reducida de calorías causa la reducción o perdida de la respuesta del individuo a los escalofríos.
Hipotermia grave
El signo más obvio de hipotermia grave es el cese de los escalofríos. Llegado hasta este punto, la vida del afectado corre peligro y de hecho de una atención médica urgente. Desde este instante, no hay que suministrarle nada de comer ni de beber y hay que comprobar que las vías respiratorias siguen abiertas. Si su temperatura sigue bajando, es seguro que el afectado semiinconsciente pase a perder la consciencia y hasta la respuesta a un estimulo doloroso. Debemos asegurarnos una vez más de que las vías respiratorias continúan abiertas y comprobar el pulso y la respiración con extremo cuidado.
No existe un modo efectivo para calentar a un afectado de hipotermia grave en el sitio. Con las técnicas de primeros auxilios se puede prevenir que se pierda más calor si se protege al afectado del ambiente, se le aporta la máxima protección térmica, se controlan sus signos vitales y se les proporcionan primeros auxilios como la respiración asistida, y si es necesario, la reanimación cardiopulmonar. Si debemos trasladarlo hacia otro punto por necesidad, debemos hacerlo con la cabeza apuntando hacia abajo -en las cuestas- para mantener la presión sanguínea.
Hipotermia profunda
Se considera, cuando la temperatura central del cuerpo del afectado baja de los 28 ·c, puede parecer muerto si no muestra signos vitales y está extremadamente frio al tacto.
Hipotermia por inmersión
El agua conduce el calor desde el cuerpo 25 veces más rápido que desde el aire.
Cuando se saca a alguien del mar, tras un largo periodo de exposición en aguas frías, se está eliminando la presión del agua de los muslos y las piernas, la sangre fluye hacia abajo, desde el centro hacia las extremidades inferiores, lo que provoca una reducción fatal de la temperatura del centro del cuerpo. Las posiciones correctas para su extracción deben ser: posición horizontal o posición fetal.
Por norma general:
si se pierde calor rápidamente, recalentar rápidamente
si se pierde calor lentamente, recalentar lentamente
HIPOTERMIA. Nombre técnico de la afectación en la que el cuerpo no puede generar calor con la misma rapidez que lo pierde y su temperatura desciende por debajo de lo normal. Es producida por la exposición al viento, la lluvia y las bajas temperaturas o la combinación de dos de ellos. Por inmersión prolongada en aguas frías u otro medio de temperatura muy baja.
- Agotamiento
- Ropa inadecuada
- Refugio inadecuado
- Ingestión inadecuada de comida
- Falta de conocimientos y de preparación
Signos y síntomas
- Comportamiento irracional, tipificado por súbitos arranques de energía seguidos por letárgica.
- Enlentecimiento de las respuestas, incapacidad para responder a preguntas o instrucciones. Alteración del diálogo.
- Inicio súbito de temblores incontrolables.
- Paso lento e inestable, con rigidez de los miembros y caídas frecuentes.
- Piel en un principio enrojecida; a medida que aumenta la gravedad de la piel y las mucosas, se vuelve pálida con zonas azuladas (cianóticas).
- Respiración y pulso rápidos al principio, que al agravarse la situación devienen en irregular, lentos y pueden pararse.
- Dolores de cabeza, visión borrosa y dolores abdominales.
- Colapso, estupor o perdida de la conciencia.
Agravantes
Ropa empapada, con vientos fuertes. Baja temperatura del aire acompañada por vientos fuertes. Inmersión prolongada en el agua. Cualquier lesión que inmovilice y reduzca la capacidad de producción de calor. Ansiedad y estrés mental. Delgadez inusual.
- Trasladar al afectado a un lugar caliente y seco
- Cambiar la ropa mojada o húmeda por otra seca
- Aplicar calor gradualmente en los lugares siguientes:
En la depresión del estomago, en la parte estrecha de la espalda, en las axilas, en la nuca, en las muñecas y entre los muslos. Estos son los lugares en los que la sangre esta cerca de la superficie y desde los que llevara el calor por todo el cuerpo.
Una manta de papel de aluminio reflejara el calor y ayudara al afectado cuando la temperatura sea inferior a 0 ·c.
(este calor se aplica de forma gradual, pues si se aplica de forma brusca, se vasodilatarían muy rápidamente los vasos sanguíneos que llevan la sangre a los músculos y a la piel que, al estar aún fríos, provocarían un mayor descenso de la temperatura corporal empeorando aún más la situación)
- Dar de beber líquidos calientes con azúcar si el afectado permanece consciente.
- No aplicar ni administrar alcohol, ya que dilata los vasos sanguíneos de la superficie de la piel, permitiendo una pérdida más rápida de calor.
El afectado no está curado aun cuando su temperatura vuelve a ser la normal. Debe aumentarse las reservas del cuerpo hasta que la capacidad para generar calor internamente se recupere.
Fuentes de información
El manual de supervivencia del S.A.S por John "Lofty" Wiseman
El arte de la supervivencia en la naturaleza por Ray Mears
Manual de Primeros Auxilios
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